Soy un amante de los gatos. Me
gusta su independencia, su fuerza energética, su mirada enigmática, su ternura
y al mismo tiempo el inesperado instinto salvaje que aún mantienen. En la
mitología egipcia hay una diosa que evoca a la figura del gato. Ella, Bastet,
es una diosa benéfica que simboliza la alegría de vivir, la armonía y la
felicidad. Pero también puede mostrarse fiera y sanguinaria en ciertos casos;
si se la tienta. Como los gatos.
Del mismo modo, Bastet es
asociada con la Luna y sus poderes como la Señora Yemanyá. Pero también se
asocia al planeta Venus como estrella. De hecho, muchos historiadores asumen
que equivale a los aspectos más cálidos de la Diosa Inanna.
En mi caso, justo en este momento
de mi vida necesito la fuerza de la alegría de vivir. Porque a veces la
tristeza me quiere asaltar. Por eso le pido protección a la Señora Bastet que
traiga bienestar a mi vida, para que proteja mi hogar y para que me ayude a
hallar la armonía en mi interior-exterior, entre mis aspectos
luminosos-oscuros, entre la alegría-tristeza.
Me encomiendo a ella para que me
guie en el encuentro del equilibrio esencial para este camino emprendido. Pero
estas líneas me parecen demasiados bucólicas, retoricas y carentes de espíritu
festivo… Bienvenida Señora Bastet a mi vida y a mi casa; trae con tu luz de
Luna la alegría a mi hogar y la armonía a mi ser. Bendita seas amada diosa
bienaventurada!
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