Las mejores épocas de nuestras vidas son aquellas en las que acopiamos el suficiente valor como para rebautizar nuestra maldad como lo mejor que hay en nosotros"

Friedrich Nietzsche

domingo, 7 de septiembre de 2014

Ser

En un cuaderno viejo me encontré con estas líneas; aunque son un poco duras muestran lo que es la verdadera y salvaje voz de una Sombra relegada a la profundidad del Abismo interior. Espero la disfruten sin prejuicios.

“Ser” me ha costado mucho. Llegar a ser “alguien”, convertirme en la “persona” que soy ha requerido un sacrificio muchas veces insoportable. Ha implicado la automutilación constante, fehaciente, férrea de los aspectos no aceptables para el “yo-policía”. Aquel represor, ese fascista que me somete a la más absoluta ignominia para recibir palmaditas en la espalda por parte del “yo-social”; ese polite y acomodaticio personaje que orquesta mis visiones de la realidad y las alinea con lo que el consenso social requiere. Este proceso me ha dejado una sensación indefinible, pero poco tranquilizadora.

Es precisamente esa parte de mi ser; sometida, esclava y condenada perpetuamente la que odia sin límite. La que busca salir a toda costa, asesinando todo a su paso. Físicamente este cautiverio me hace apretar los dientes: conteniéndolos para no morder y comer la carne fresca de las víctimas propiciatorias de mi rebelión interna. Estoy harto de este proceso de autorrepresión y autocontención; de ser un ente de luz y de bondad. La bestia que han hecho ese par de enajenados personajes, el “yo-policía” y el “yo-social”, quiere emerger para practicar ritos satánicos sobre las carnes de sus tristes ofrendas: los antiguos verdugos.

Es la sombra la surge de las tinieblas de su abismo, de su cárcel, de su esclavitud, de su penuria. Trayendo consigo el fuego de la vendetta no sólo para sus captores y sino para todos los que han dominado el resultado de estos ejercicios crueles de construcción – contención. El salvaje ser oscuro quiere asesinar impíamente a aquellos oligarcas y parásitos tecnócratas que con su vida de confort han insultado a la bestia. Que con la desigualdad satisfecha han humillado los anhelos del Abismo de igualdad, libertad y fraternidad. Son aquellos intocables y alabados hipócritamente en el ámbito social y económico que el demonio interno quisiera apuñalar una y otra vez en el vientre de su ambición, para libar sus manos con sangre, excrementos y trozos de vísceras; así reivindicar el fruto de la retribución inmisericorde.

Estoy cansado de estar en manos de estos insensibles, acomodados, indiferentes y despóticos reyezuelos. Pero sobretodo de la tiranía que yo he impuesto sobre mí mismo para encajar. Para alcanzar ideales de éxito, crecimiento personal y satisfacción material; que no son más que falacias al servicio de los infames que están en el poder y que quieren una masa popular dócil y maleable a las ‘’necesidades del Mercado’’. Lo que es lo mismo que una población amoldable a los requerimientos de sus propios intereses egoístas.

Por supuesto, allí también encaja la relación con lo divino, lo cristiano en particular. Ese afán de tomar lo sacrosanto y cagarlo generosamente o metérmelo en el culo, porque no se trata sino de autocomplacencia o del apaciguamiento timorato del alma enajenada que grita desde su celda.

Pero finalmente lo que quiero es salir de la Oscuridad y del Abismo. No ser bueno, ni políticamente correcto sino Ser. Destruir este ''yo'' lleno de hipocresía, mentiras y miedos para respirar el aire fresco de la libertad. No quiero enfatizar sólo en la Luz; sino en las Tinieblas también porque de igual modo son mi heredad. De hecho, el asesino caníbal debe salir y fundirse en uno con el ángel de santidad. El ser entregado al camino de la Verdad!

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