Desde hace un par de semanas,
cada vez que salgo a la cocina en las noches; al ver el apartamento en silencio
y oscuridad siento miedo. Creo que en alguna esquina o sentado en algún mueble
hay un espíritu malvado que me espera. Anoche me di cuenta que realmente ese
temor es un temor a mí mismo. De hecho, cuando me senté en el borde de la cama
con los pies sobre el suelo imaginé que una mano salía de debajo y me tomaba el
tobillo. Por supuesto me dio pavor, y por supuesto decidí mantener los pies en el suelo un rato sintiendo
que esa mano sólo puede salir de mi interior; sin importar si la siento físicamente
o sólo de manera mental.
Hoy tuve la oportunidad de ver un
vídeo llamado ‘’El experimento ruso del sueño” subido por Pablogonzae en
Youtube. Más allá de si el relato es real o no, realmente no tiene importancia,
el punto está en que es una interesante historia sobre la conexión directa con
la Sombra; en efecto con la parte más oscura de ella. Esta cara de la Sombra es
aterradora, realmente.
Lo único que diré además de
invitarlos a ver el vídeo, que pongo adjunto, es que ante una visión tan
horripilante de ese aspecto de nosotros mismos debemos entender la naturaleza de ese terror.
Es un miedo que nace, y por eso alimenta la Sombra, del miedo al abandono. Este
último esta calado en nuestros huesos; tal vez porque somos seres sociales y
desde siempre hemos sabido que ser expulsados del grupo social – la tribu, la
familia, la sociedad – es equivalente a la aniquilación del ser. Antes una
muerte física, ahora tal vez emocional y más dolorosa. Es justamente por eso
buscamos encajar desesperadamente la mayoría de veces.
Esta faceta de la Sombra encarna
todo lo contrario; representa la locura, el salvajismo, la autodestrucción y
tal vez identificar este ‘’ser’’ dentro de nosotros es lo que nos aterra tanto.
Para finalizar, puedo decir que ante tal pavor no sirve de nada ignorarlo;
hacer que no es con nosotros o que no nos afecta. Porque así lo único que
hacemos es alimentar el poder de la Sombra; nutriéndola con la energía vital
que empleamos en contenerla. Por otro lado, enfocarse sólo en los aspectos
luminosos de nuestro ser nos lleva a lo mismo resultado: una Sombra más nutrida
y amenazante. Creo sinceramente que la clave está en el equilibrio; no hay que
dejarla salir desbordadamente, pero si hay que reconocerla, integrarla. Tal vez
aquello que la apacigua es precisamente el reconocimiento.
P.D: Las imágenes obviamente no corresponden con la historia, no se dejen sugestionar por lo que ven sus ojos.
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