Las mejores épocas de nuestras vidas son aquellas en las que acopiamos el suficiente valor como para rebautizar nuestra maldad como lo mejor que hay en nosotros"

Friedrich Nietzsche

martes, 14 de enero de 2014

Castrato

Ira. Una sensación de ira contenida que se torna casi artificial por la calma con la que me la tomo. Es como si no fuera mía. Quisiera explotar abiertamente; pero sinceramente no se cómo. Me siento mutilado para sentir ira, imposibilitado, incapaz y se que esto no puede ser provechoso para mi. Sobre todas las cosas, lo que siento es una furia enorme contra mi mismo por aceptar las cosas tan mansamente, por ser tan civilizado,por ser tan confiado, por ser tan imbécil!. Por perder algo importante de mi; lo que yo comparaba antes cómo un fuego interno. 


La necesidad de tolerar, de ser civilizado, de ser considerado con otros, de encajar me ha costado  parte de mi propio ser. A tal punto que en situaciones cómo esta me siento cómo un títere, una ilusión, un remedo de hombre. Qué pasó conmigo? Cuándo me perdí? Cuándo fui domesticado? Sentirme inútil para sentir hace que me vea a mi mismo sin valor, sin sentido, desfigurado, poco amado (por mí mismo). Qué pasó con el “Yo” salvaje?  Es sólo una figura poética? Es una quimera que refleja mi desconexión conmigo mismo, con  mi naturalidad, mi animalidad, mi humanidad; que al final del día son la misma cosa?


Ayer, curiosamente, escuche en una película la que sería la voz de un castrato (un cantante sometido desde niño a castración para mantener su voz aguda) y me sugirió un elemento extremadamente bello, pero muy artificial, contradictorio y onírico. Será eso lo que soy? Un castrato que para armonizar en sociedad, en familia, laboralmente ha perdido parte de su naturaleza en el camino?  Qué debo hacer? Finalmente, es mi decisión y mi responsabilidad, pero cómo me recupero a mi mismo?

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